
Comienza la carrera y empiezas a correr.
Cada músculo responde a tus pensamientos. Intentas controlar todas las reacciones pero te dejas llevar por la velocidad. Tu cuerpo, es una máquina infalible. Sólo tú podrás llegar a donde quieras. Cada movimiento te lleva a la meta. Cada paso te acerca a la victoria.
Ese pensamiento es lo que debe hacerte seguir adelante. Siempre adelante. No podrás pararte nunca. Sigue corriendo. Cada paso más rápido que el anterior. Cada vez más movimiento, más velocidad. Más viento dándote en la cara. Hasta que, por fin, llegas a ser invencible.
La vida es igual. Una continua huída hacia adelante. Con la diferencia de que en una carrera tienes ventaja. No puedes permitirte mirar hacia atrás, porque eso es un error y lo sabes claramente cuando corres.
Pero cuando vives no lo tienes tan claro. Siempre estamos mirando hacia atrás. El pasado siempre nos persigue. Como ese tio que te pisa los talones cuando corres. El pasado es eso. Solo un rival al que tienes que vencer.
Por eso, no dejes nunca que el pasado te gane. Véncelo y supéralo.
Y luego, salta.
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ResponderEliminarSaltemos!