lunes, 24 de enero de 2011

Esta mezcla incomprensible de X e Y.

Sam:

Mi mente era una herida abierta.

Recorrí los pasillos de la casa. (...) Seguí dando vueltas hasta estar demasiado cansado para tenerme en pie, y entonces subí al piso de arriba y me metí en mi habitación. Me tumbé en la cama sin encender la luz; la mano me dolía por la añoranza del tacto de Grace.

Un enjambre de pensamientos giraba enloquecido en mi cabeza. No podía dormir.

(...)

Lo había arriesgado todo, y lo único que me quedaba era una mano vacía extendida hacia el techo.

1 comentario:

Huellas

Vistas de página en total