miércoles, 17 de febrero de 2010

Un día gris, desde el principio. Te levantas, lo ves todo a través de unos ojos oscuros. Todo lo ves de otro color... o más bien como si no existieran los colores. Caminas por la casa como si no fuera tu casa, como si en realidad fuera tu tumba, un pequeño panteón solitario. Estudias, o lo intentas, pero no te dejas caer. Cada vez que te acuerdas de tu dolor, te entierras en el libro.
Descansas un poco, despejas tu mente, pero aparecen imagenes, momentos... Y todo se pone más negro.
Comes por comer, lees por leer, por cierto, El arte de la guerra, un libro genial pero que aún no te llegan las palabras y por eso tienes q releerlas.
Vuelves a encerrarte en los libros... y de repente, se oye el móvil.
Y así es como la vida te cambia en menos de dos segundos.








So I lay my head back down.
And I lift my hands and pray.
To be only yours I pray.
To be only yours.
I know now, you're my only hope.

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