lunes, 25 de mayo de 2009

Tiempo. Mis últimos días.

Pasan los días de una forma extraña. Lentos, tan lentos como caen las hojas al suelo en un frío otoño. Lentos, como una caricia, como una despedida...
Pero a la vez, rápidos. Tan rápidos como una ráfaga de viento en Marzo, como baja el agua de un arroyo... Tan rápidos que marean, dan vértigo, y paralizan todo tu ser.
Creo que, precisamente porque son rápidos, porque paralizan, es que son tan lentos...

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