Pasan los días de una forma extraña. Lentos, tan lentos como caen las hojas al suelo en un frío otoño. Lentos, como una caricia, como una despedida...
Pero a la vez, rápidos. Tan rápidos como una ráfaga de viento en Marzo, como baja el agua de un arroyo... Tan rápidos que marean, dan vértigo, y paralizan todo tu ser.
Creo que, precisamente porque son rápidos, porque paralizan, es que son tan lentos...
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Huellas