Que una noche cualquiera aparezca de repente mientras duermes una cara que hace mucho tiempo quisiste olvidar y, que al día siguiente de ese sueño, aparezca en la realidad.
Lo peor no es eso. Lo peor es cruzarte con él y no tener el valor de plantarle cara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Huellas