Ser esa chica que no vivía su vida. Que lo veía todo desde otro punto de vista. Como si su vida no fuera la suya, sino la de otra persona ajena a ella.
Salir siempre que podía a beber y a no recordar la noche anterior.
Hacerme pedazos la voz y los pulmones, de la música y del humo del pub.
Volver a sentir esa libertad, que no era mía.
Era la de otra persona. Distinta, pero similar.
Y gritarás y gritarás,
y gritarás y gritarás,
y no te oiré, no te oiré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Huellas