lunes, 26 de julio de 2010

El tiempo no espera por nadie.

Hay algo en mí que a veces me gusta y otras me aterra.
Tengo una capacidad para cambiar increíble. Cambio de prisa y, en ocasiones, demasiado radical.
Hoy pienso una cosa, mañana otra.
Hoy puedo sentir una cosa, y al día siguiente otra.
No sé si será porque es normal en esta edad de dudar de todo, o porque soy mujer, o no sé.
O quizás sea por mí, que soy rara.
Pero, de todas formas, me gusta el cambio. Sino, todo sería muy aburrido.

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