jueves, 12 de noviembre de 2009

"Hace falta que los planetas se alineen con sus respectivos satélites para que una chica se enamore de mí" me dijiste...
Creías imposible que alguien te amara tal y como eras, con todas tus virtudes y todos tus defectos. Ni siquieras veías válida esa posibilidad.
Decías que tenías tus manías, tus rarezas y que eso lo entorpecía todo. Qué tonto.
Yo llegué a querer cada una de esas manías y rarezas.


Los planetas se alinearon...
Y tú sin saberlo.



http://www.goear.com/listen/0fedce1/never-think-robert-pattinson

martes, 10 de noviembre de 2009

Entre la pena y la nada, había decidido escoger la nada.

Y ahora, al salir de mi embotamiento, el dolor resurgiría de un momento a otro. Después de morar tantos meses en la niebla, mis sensaciones eran sorprendentemente intensas. Sin embargo, el dolor normal no apareció. Lo único que sí podía sentir era la decepción que me causaba el desvanecimiento de su voz.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Enséñame ahora también.

Imagínate que te cuento mi problema, como si fuera un problema más. De esos en los que me ayudabas, poniendome ejemplos, trazando planes descabellados que nunca ponía en práctica.
¿Qué me dirías?

¿Qué harías tu en mi situación?

martes, 3 de noviembre de 2009

El pasado es presente.

Noviembre entra este año más débil que el año pasado. Como más cansado.
Es curioso. Aquí me vuelvo fuerte y soy capaz de decir lo que no sabes, lo que te oculté mientras te decía que te odiaba.
No te odiaba, claro que no. Pero creo que eso tu ya lo sabías.
Hay tantas cosas que quiero decirte. Tantas cosas que se quedaron ahí...
Ya no vale la pena decírtelas, pero es que tampoco vale la pena echarlas al olvido. Por eso, esto que escribo será testigo.
Testigo de que no te odiaba.
Era dura contigo porque quería serlo conmigo misma. Porque no soportaba la idea de sentir demasiado por ti. No quería ser débil, ni tener que depender de ti. Ya sabes que a mi lo de sentir me produce un miedo terrible. Me sentía tonta, ingenua.

Pero sin querer me pasó, y lo comprendí muy tarde. Lo he comprendido demasiado tarde.
Me gustaba cómo me hablabas, cómo me hacías reir o me picabas a veces, me decías cosas para que me enfureciera. Claro que me gustaba, pero no te lo decía mucho. Orgullo.
Me encantaba que te enfadaras cuando no te contestaba, o cuando te decía que me iba y me contabas el tiempo, como aquella Nochebuena, recuerdas? Sí, aquella, porque no habrá otra igual.
Me sacabas de mis casillas. Pero me gustaba. Y eso me asustaba más de lo que tú puedes imaginar.
Era antipática, por eso, por miedo.
Y el miedo acabó con todo. No supe hacer las cosas bien.

Echo de menos cada una de nuestras peleas. Cada una de las palabras tiernas. Y lo que más echo de menos es nuestras conversaciones sobre nada, sobre todo. Aunque, verás, la música que me diste me lleva a ellas. Como a una ilusión. Una historia ajena a mi vida. Como una película de terror o un libro de esos que me gustaba leer. Un Romeo y Julieta, tal vez.

Pero no voy a pedir perdón. Para qué?
Sólo diré que sentía más de lo que tu llegarás a imaginar.





Que estaba contentísimo,
pero nunca te dije
que gritaba dentro: "Dios, aún más todavía".

http://www.youtube.com/watch?v=FpJ171AXyTo

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