Viva Nietzsche, pues critica los origenes que nos han ido predestinando nuestras vidas. Las de todos.
No somos libres. Estamos atados a nuestras acciones, a las consecuencias de ellas, y por encima de todo, amarrados a nuestros sentimientos.
Nadie es nadie. Ni tu, ni yo. Somos piezas de ajedrez de un mismo tablero.
Quien nos mueve... es una incógnita.
Sólo sé que yo no pienso ser ficha de ajedrez.
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