Cuando pierdes a alguien, y siendo alguien tan importante, es como si no se hubiera ido del todo.
Sigue aquí. Pero no como fantasma ni nada de eso. Ya he dicho que era difícil de explicar, ¿no?
Simplemente, es como si estuviera dentro de ti, como si formase parte de ti. Pasan a ti las mismas responsabilidades. Pero sigues siendo tu.
Hay una especie de transformación. Pero sigues teniendo tus defectos y tus virtudes. Que son las suyas. Es algo que no se puede decir. Es cuestión de experimentarlo.
Si entro demasiado en mi misma, soy él. De repente. Cuando pienso en lo que tengo que hacer, soy él.
Me lo decía, pero yo no lo entendía. Ahora, no sólo lo entiendo, sino que ya es algo que es parte de mi. Vive en mí.
Estás aquí, papá. Vives en mí.